
¿Puedo ir al baño en cualquier parte?
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A todos nos dan ganas de ir al baño cuando estamos en la montaña, pero la pregunta es: ¿estás yendo al lugar correcto?
Nuestros desechos contienen componentes como ácidos, nutrientes y otros compuestos que pueden generar un impacto negativo en la flora y fauna de la montaña en la que te encuentras.
En la naturaleza, es común encontrar dos tipos de superficies: resistentes y no resistentes.
Superficies resistentes: Son aquellas donde el impacto es menor, como tierra, arena o grava.
Superficies no resistentes: Son aquellas en las que nuestras actividades tienen un impacto más marcado, como pasto, vegetación o cuerpos de agua.
Según las recomendaciones de Leave No Trace, es importante hacer tus necesidades siempre en superficies resistentes y cavar al menos 30 cm de profundidad para enterrar tus desechos, minimizando así el impacto en el entorno.
Otra buena práctica es esparcir tus desechos en un área amplia para distribuir el impacto y evitar concentrarlo en un solo lugar.
La mejor práctica, aunque definitivamente la menos cómoda, es llevarte tus heces en un recipiente y desecharlas en casa. De esta manera, puedes reducir al mínimo el impacto ambiental.
¿Y qué pasa con la orina? La orina contiene nitrógeno, que en pequeñas cantidades puede ser beneficioso para el suelo. Sin embargo, se recomienda orinar solo sobre superficies resistentes, lejos cuerpos de agua y de árboles o plantas. Las sales presentes en la orina pueden atraer animales curiosos, que al ingerir o morder plantas pueden dañarlas y afectar su ciclo vital.
¿Y tú, cómo manejas esta situación en la montaña?
Nuestros desechos contienen componentes como ácidos, nutrientes y otros compuestos que pueden generar un impacto negativo en la flora y fauna de la montaña en la que te encuentras.
En la naturaleza, es común encontrar dos tipos de superficies: resistentes y no resistentes.
Superficies resistentes: Son aquellas donde el impacto es menor, como tierra, arena o grava.
Superficies no resistentes: Son aquellas en las que nuestras actividades tienen un impacto más marcado, como pasto, vegetación o cuerpos de agua.
Según las recomendaciones de Leave No Trace, es importante hacer tus necesidades siempre en superficies resistentes y cavar al menos 30 cm de profundidad para enterrar tus desechos, minimizando así el impacto en el entorno.
Otra buena práctica es esparcir tus desechos en un área amplia para distribuir el impacto y evitar concentrarlo en un solo lugar.
La mejor práctica, aunque definitivamente la menos cómoda, es llevarte tus heces en un recipiente y desecharlas en casa. De esta manera, puedes reducir al mínimo el impacto ambiental.
¿Y qué pasa con la orina? La orina contiene nitrógeno, que en pequeñas cantidades puede ser beneficioso para el suelo. Sin embargo, se recomienda orinar solo sobre superficies resistentes, lejos cuerpos de agua y de árboles o plantas. Las sales presentes en la orina pueden atraer animales curiosos, que al ingerir o morder plantas pueden dañarlas y afectar su ciclo vital.
¿Y tú, cómo manejas esta situación en la montaña?